Los mancos nada tienen
que ver con Chaparina, porque no pudieron ir a darles zapallasos, ni
maniatarlos. Los ciegos tampoco, porque no pudieron encontrar el camino hacia
Chaparina, los sordos tampoco, porque no escucharon las órdenes para ir a patearlos y así vamos
creando un nuevo cuento sobre algo que pasó pero tampoco pasó, porque los
responsables luego desaparecieron y los que quedaron fueron premiados con los mejores
puestos y quién sabe qué más y los otros esos otros que sangraron o sufrieron
se convirtieron en sombras del pasado.
Y ese cuento no es nada
nuevo, porque se da con cada gobierno... pero como aprendimos desde pequeños,
no hay mejor realidad que aquella que inventamos... porque una realidad
inventada sirve de refugio para no tener que enfrentarse con esa que se da en
las calles, mercados, calles de nuestras ciudades y mientras que los otros sean
los que coman la dinamita o se mueran con los pulmones saliéndoles por todos
los orificos del cuerpo, pues mierda... la realidad dura es para los otros, para
esos que salen a dar la cara.
Si le regalaron el
puesto o no, vaya uno a saber, pero de
que ese hombre no es de confianza es algo claro y si en ese hombre justo pocos
confian, entonces la justicia es un nuevo sueño para los pobres que siguen
creyendo en esas palabras asquerosas del nuevo amanecer con un cambio para
todos.... porque todos es simplemente el sinónimo para describir a unos
cuantos, a esos que están en la rosca como decían antes, a esa rosca por la que
nacieron tantas revoluciones... mientras que la nueva revolución no es más que un
nuevo episodio de un cuento tan antiguo que ya deberíamos haber entendido.
Pero como los ciegos
más peligrosos, los sordos más peligrosos, los mancos más peligrosos son
aquellos que se hacen o aprendieron a serlo entonces volvimos al laberinto de
la ignorancia, a ese laberinto donde todo es posible, donde las cosas son
definidas de nuevo, poniéndoles nuevos sentidos... Chaparina, el camino de los ciegos, sordos,
mudos y hombres valientes, justos, demócratas, ¿pero quién podrá decir la
verdad mientras la mayoría que estuvo presente, se escapa de su
responsabilidad?
Y ahí van los nuevos
profetas pregonando el nuevo evangelio, con esas bocotas inmensas, bien
agachados y con el culo bien abierto sabiendo el pan que han de recibir y
quieren recibir, y esos que se vendieron y dejaron sus convicciones, o ideales,
o valores, son aquellos que van construyendo la nueva patria, una nueva patria
fundada en sofismas, en burbujas que tarde o temprano han de explotar... quizás
con una nueva dinamita o en un nuevo mes negro dentro de nuestra historia.
Los ciegos no pueden
ver, pero pueden tocar, pueden oler, pueden sentir, pueden escuchar, pueden
pensar... y así también los mancos, los sordos, los gordos, flacos, cortos o
largos, pero lastimosamente no aprendimos a pensar, a diferenciar tantas cosas
tan simples de entender... ¿por comodidad? ¿Por seguridad? ¿Por cobardía?
Seguramente por eso es más fácil ver al chileno como enemigo, porque ese
enemigo es abstracto y la posibilidad que nos haga algo es menor a la
posibilidad que nosotros como compatriotas nos hagamos algo... pero para eso
estan los que nos gobiernan para crear nuestros “cucus”, para poder dirigir
nuestros pensamientos, nuestros temores,
nuestras posibilidades, nuestra libertad...
Chaparina y nada
pasó... una sombra en el pasado, nublada por la oscuridad de nuestras acciones
que hacen posible todo esto que ahora se da, como si fuera lo más normal del
mundo... ¿pero qué pasará cuando nos
demos cuenta que nada es normal de lo que está pasando? ¿Seguiremos haciéndonos
a los pendejos? Espero que no.
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