viernes, 3 de abril de 2015

Cristo

Bueno en realidad nadie sabe quien es Cristo o mejor dicho quien fue Cristo, lo único que quedó fue una Biblia, la Navidad, las Pascuas una cruz y lo más importante una historia que siempre se repite, porque llegado el momento el que tiene el poder decide y mata y las víctimas son siempre unas cuantas y la mayoría hace de comparsa, son los testigos, los „ayudantes“ pasivos de los criminales y para que nadie piense mal, se ponen a llorar, a gritar, a hacer otro teatro, porque en realidad están tranquilos, contentos de que otro, es decir una tercera persona, fue a parar a la cruz.

Y esa cruz es tan inmensa que miles, millones ya fueron crucificados y no importa la razón, ni el color de la piel, o la posición social, ni la religión porque esa cruz está ahí para todos, para todos aquellos que no tienen el poder para defenserse.

El sistema es como es, por eso vemos como el poder crea nuevos monstruos, crea nueva definiciones, crea nuevas estructuras, crea nuevas dimensiones, crea nuevos contextos, crea nuevas reglas, normas, morales y éticas, las que ayudan a que la injusticia siga reinando por estas tierras y eso ya hace más de dos mil años. Ok, por eso a buscar los huevos y esa metáfora es realmente buena porque eso es lo que nos falta para poder crear una sociedad por lo menos diferente, una sociedad donde nuestros nietos puedan tener un futuro humano, ¿pero a quien le importa lo humano? ¿Al Papa, al presidente, al ministro de justicia, al defensor del pueblo, a los políticos? ¿Y dónde queda el pueblo en toda esta historia?

El pueblo en realidad no existe, no es parte del sistema que toma decisiones, que crea, que construye, porque el pueblo es simplemente la masa que hace posible que otros suban y bajen, que otros lleguen a las estrellas y juegen haciendo realidad sus sueños… Si el hermano del presidente agarra a patadas a otros es normal, es parte del juego porque ellos tienen el poder, ellos son los que deciden quienes van a parar a la cruz y quienes han de recibir las migajas por las que han de ser los cómplices, han de ser los Judas del sistema, claro que el verdadero Judas dicen que luego se colgó, pero los nuevos no, porque para ellos las treinta monedas tienen más valor que cualquier norma humana.

Llegó la fiesta, llegó el momento de hacernos a los tristes y luejo festejar que volvió de los muertos y se fue al cielo, parar desde allí protejernos, ayudarnos, consolarnos y claro esa es la esperanza, esa es la historia que nos pone en ese rol de víctimas, en ese rol de los que pobres que sólo cumplen con su destino, ¿pero es tán dificil entender que nosotros creamos nuestro destino? Porque si fuera diferente significaría que una mente enferma creó los destinos de esos  inhumanos que gobiernan a nuestros pueblos.

La cruz y los huevos, símbolos que dicen más de lo que queremos entender, pero si algún día de esos llegáramos a hacerlo, entenderíamos que vivimos en un sueño que fácilmente podemos acabar.

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