domingo, 16 de septiembre de 2012

Derecho moral

Si la justicia no existe, de ¿qué nos valen los derechos morales? ¿Y si la moral no existe, podrán existir derechos que se basen en ella? ¿Podrá un inmoral argumentar en contra de la inmoralidad del otro? ¿Tendrá el poderoso alguna moral? ¿Y si existe la moral... quién la define? ¿Tendrá la coca alguna moral? ¿Y los que trafican con cocaína tendrán  alguna moral? ¿Y los que la consumen, serán los responsables de que no exista ninguna moral en ningún aparato administrativo de nuestro gobierno?

¿Pero qué tiene que ver la moral con justicia? ¿Y quién define lo que es justo o injusto? ¿El que tenga una mejor moral? ¿Y si no hay moral ni justicia, de qué sirven los argumentos para decir que la culpa la tienen ellos, porque no dominan a sus adictos? Es decir que transportando esa lógica bastante promitiva, al final la culpa de los muertos la tienen solamente ellos, porque se pusieron en el camino de las balas... y si estas balas son de los narcotraficantes pues pura casualidad... ni modo chico.

El poder hace que el mundo real se convierta en abstracto, en un sueño donde la mayoría vive en una eterna pesadilla, sin la mínima posibilidad de salir de esa cárcel, a no ser que les de un ataque cardiaco, por todos los crímenes hechos que nadie puede comprobar, mientras que los otros viven en un mundo fantástico sin ninguna pesadilla a pesar de que sepan lo que realmente pasó en el TIPNIS, hace más de una año. Pero como ya dije a un principio la moral no existe, por lo que tampoco podemos hablar de justicia, o legal, o reglas, o democracia, o culpa, o inocencia.

En ese mundo abstracto donde lentamente van creando nuevos axiomas, van definiendo las reglas del juego, van demostrando claramente que de nada sirven los hechos, lo que vemos, lo que oimos, lo que sabemos, porque ellos son los que dictan las nuevas reglas a seguir. Asi que la moral vale un carajo y la justicia otro y todos aquellos que creen en ese mundo, que según el nuevo orden plurinacional es diferente al otro, a ese de los criminales neo liberales, no son más que la base para que lo injusto se convierta en justo, lo ilegal en ilegal y lo peor de todo es que ellos son culpables también, porque son los cómplices, los cómplices de los arquitectos de este nuevo sistema.

Pero con esa nueva moral plurinacional,  ya de nada sirven las reflexiones... porque al caer por el abismo de la corrupción todos los valores que alguna vez pudieron tener se fueron al diablo, porque el poder roba hasta las pocas neuronas activas que ellos puedan tener. ¿Pero que pasa con los otros?

La mayoría es como siempre el invitado de yeso, sin derecho a nada, simplemente es el que al final paga la cuenta, sea vivo o muerto, porque esta cuenta no es solamente para la actualidad, sino es una herencia nacional para todos aquellos que irán a nacer en estas tierras.

En la Puerta del Sol, en un acto de... legalidad los criterios empezaron a ser alterados, porque gente que nada tiene que ver en todo aquello que llaman “originario”, entra a un mundo que no les pertenece, simplemente lo hacen porque actos populistas siempre llegan muy lejos y nadie entiende que van jugando con valores trascendentales de cualquier cultura o sistema...

El primer paso ya fue dado, luego vendrán los otros y al final viviremos en un mundo ajeno a la verdad, como en ese entonces donde la Cruz entró camuflada en un bautizo, un poco de agua y aceite y nada más.

El derecho a la moral o el derecho moral, para definir las cosas no es un derecho que algún grupo político o religioso pueda usar como si fuera papel higiénico y menos si nos ven como si fuéramos simple mierda. El pueblo es la base de cualquier sistema y una lástima que el nuestro vuelva al rol de siempre, a ser la carne de cañon.  Esa carne que acaba de alimento para todo tipo de gusanos... ya sean de derecha o izquierda.

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