Las rejas son un símbolo que diariamente nos debería recordar de que la justicia funciona, porque a un lado están los buenos y al otro los malos, claro que esa es la teoría ya que no todos los malos están en un lado y no todos los buenos al otro, y como esa definición de malo o bueno es manoseable y tiene un precio, por lo menos la de bueno, entonces vamos jalando desde hace siglos con ese cuento de que la justicia siempre gana y que el bueno triunfa.
En nuestro caso sabemos que las rejas no funcionan y que detrás de ellas existe un mundo con su propia forma de ser, con su propia justicia, con su propia forma de funcionar y si un asesino va y para allí pues puede seguir viviendo bien por 30 años, ya que en ese mundo, nuestras autoridades no existen y ni que hablar de lo que pregonan o nos quieren vender como justicia.
Y ahí van los ex dictadores que alquilan dos o tres celdas... normal así es la vida de los reos y si ahora se asaltan matan y hacen explotar, mientras los responsables, hablan huevadas o estan jugando al fútbol, entonces no es mas que una muestra clara de que las cosas no andan bien y que nosotros deberíamos dejar de hacernos a los ciegos y también entender de que seguir en el rol de los pendejos no es la mejor solución, porque así vamos hipotecando el futuro de las nuevas generaciones que con esta mierda no tienen nada que ver.
Claro que los que nos gobiernan nada tienen que ver con lo que pasa en las cárceles, porque para eso debe haber algún responsable que nada tiene que ver con el gobierno, porque las cárceles son de propiedad privada, privada de los reos, maleantes, asesinos, narcos, viladores, matones, narcos y demás compadres, por eso si hubo treinta o cuarenta muertos, solamente los muertos de bala son los que se cuentan, porque los otros son simplemente las fallas estéticas en un capítulo dramático de una obra asquerosa, que habla de nuestra realidad, de la realidad boliviana, que podría ser también la realidad de cualquier otro país, pero lastimósamente es la nuestra.
Ok los malos se sacaron la mierda y se mataron, ok a los malos les suele pasar cosas así, por lo que mañana será otro día y bueno será un día con menos malos, porque unos cuantos nos dejaron, se fueron, se fueron porque el estado en todos los sentidos de la palabra, ha fracasado, y si ahora los ministros y demás políticos hablan que harán las investigaciones correspondientes, pues no es más que el capítulo final de este drama llamado Palmasola, porque si la justicia hiciera algo, Llorenti no estaría al lado de los buenos y ni qué hablar de muchos otros que siguen por ahí con la camisa más
blanca y que mierdas si en sus manos llevan la sangre de tantos bolivianos muertos así porque sí.
La vida no vale nada, porque nadie ha entendido que es lo único valioso que tenemos, que es lo único nuestro que no le pertenece a ningún sistema, ni orden político o económico, nosotros aprendimos a ponernos detrás de las rejas, de las rejas de cualquier tipo ya sean estas políticas, religiosas, económicas o ideológicas que nos enseñan justos después de haber nacido y es por eso que seguimos en este sistema o en cualquier otro, porque no asumimos nuestra responsabilidad con nuestras propias vidas. Así que digamos que Bolivia va adelante y progresamos gracias al estado plurinacional, con su
nueva justicia, ética y moral, que son totalmente diferentes a las anteriores, porque realmente estos nuevos políticos vienen de la nueva generación de políticos, de esos políticos buenos que son realmente buenos y entienden lo que hacen.
Ayer las rejas de una realidad prestada explotaron, mostrándonos nuevamente lo que es la realidad, nuestra realidad, esa realidad que cada día la vemos, la sentimos, olemos, pero decididamente negamos, porque negando se solucionan los problemas o por lo menos los ocultamos hasta las nuevas elecciones, para luego poder seguir creyendo en el sistema después de haber escuchado las nuevas-viejas promesas de que todo está bien y ha de mejorar.
Las balas perdidas vuelven a tocar nuestras puertas, ahora sólo falta que nos tapemos la orejas y bailando alegres como siempre digamos que la vida es un carnaval y los entierros una buena preste... ahora solamente faltaría definir quienes son los buenos y quienes los malos....
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