Y para eso tenemos la mayoría, las leyes, los senados, y demás pendejadas y así fue como siempre estuvo calculado y por ley se aprueba la consulta sobre la vía que según los acuerdos pasó al olvido. OK nos vuelven a mamar otra vez, vuelven a pisotear la voz del pueblo, de ese pueblo que marchó, de ese pueblo que los recibió, de ese pueblo que votó nulo, pero como esa voz no tiene ni cara, ni fuerza, ni presencia física, entonces puede ser callada y si lo tuviera también podría ser callada, ya que este gobierno tiene el poder llamado democracia absoluta.
¿Pero hasta cuándo podremos seguir jugando este juego? ¿ Hasta que nos agarremos de los pelos, nos saquemos los ojos, nos mandemos al carajo y existan más difuntos, para poder festejarlos en el día de los muertos? ¿Somos tan cretinos de seguir por un camino que solamente está creado para consolidar un sistema inhumano? ¿Somos tan incapaces que no podemos crear nuevas soluciones con o sin el MAS? Lo que pasa es de que todos, mientras no se manchen, se hacen a los pendejos, a los locos, a los ciegos, a los indiferentes, pero lastimosamente toda esta indiferencia nos está llevando a extremos que no son calculables, porque cuando se empieza a ver al vecino como enemigo y se lo trata de esa forma la avalancha aplasta y lo hace con todos, porque las avalanchas genocidas no tienen razón, ni ojos ni lógica, y de esas ya pasaron tantas…. Pero como siempre se dieron en otros continentes entonces que pedos.
Ok nuestra democracia no vale nada, nuestro gobierno tampoco, nuestra participación civil en este sistema tampoco, entonces la enfermedad de nuestra sociedad es crónica, es casi incurable y a ese paso ya no existimos como país, sino simplemente como algo privado de un partido político, con políticos comprados, con jueces comparados, con una pseudo ley, con una moral ahorcada y una ética violada.
¿A dónde vamos como grupo? A ningún lugar, porque como tal no existimos, somos bolivianos solamente en el papel, porque al parecer en el corazón y las mentes somos cualquier cosa y así como cualquier cosa vamos gastando los días de nuestras vidas, sabiendo que el tiempo es eterno, pero no el nuestro y ni así recapacitamos, porque para hacerlo tendríamos que mostrar cara y ¿quién muestra cara hoy en día sabiendo que el que tiene el poder tiene la razón?
Un pueblo que se deja gobernar guiado por el miedo, es un pueblo encadenado, es un pueblo que no puede decir que es libre, es un pueblo que le niega la libertad a las generaciones futuras, es un pueblo que acepta cualquier cosa por no dejar que su voz se eleve y sea escuchada y un pueblo así solamente crea hijos esclavos que luego serán la presa fácil de un sistema que solamente eso necesita, autómatas que no tengan ni la capacidad de tener una opinión propia, ni la capacidad de entender lo que sus sentidos les muestran sobre la realidad, que ya no se la puede esconder el sofismas políticos sin valor…
La farsa llamada democracia y nosotros los farsantes llamados demócratas.
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