viernes, 15 de junio de 2012

La marcha que nunca acaba

Pasados los siglos, sigue la marcha de los errantes, de los oprimidos, de los hambrientos, de toda esa gente que sirvió de escalera a los adictos al poder. Y como siempre esa masa amorfe, va y viene, perdura en el tiempo, porque es la masa sin vos ni voto. Y Eso que ahora dicen que las masas son las que gobiernan, que los gobiernos son populares, que los gobiernos pelean por los intereses de su pueblo, de ese pueblo que vivió en la esclavitud y que una vez liberado, tuvo que aprender a vivir sin vos...

¿Entonces de qué nos sirve haber cambiado las cadenas, el látigo por una democracia que no es más que una gran mentira? De nada porque las hojas ya fueron tiradas al viento y al caer determinaron uestro futuro, quitándole a los dioses el poder de su voluntad, es decir que ahora somos los esclavos del aire, porque solamente él define como caeran las hojas... Y de qué mierdas vale que los científicos decifren la información genética si un puñado de hojas sabe más allá de la verdad.

La marcha de las masas no es nada nuevo, los peregrinos de este mundo siempre viven y no importa el continente donde estén, las razones son siempre las mismas, hambre, miseria, gobiernos déspotas, injusticia, persecusión, violencia y la indiferencia de los demás.  Mientras que los gobiernos muestran sus camisas blancas, muestran sus colmillos blancos, sus garras afiladas y el discurso envuelto en miel, que vuelve a dar esperanza a la masa caminante que vuelve a creer en la esperanza.

¿Pero la esperanza en qué? ¿En que se baje de la cruz y nos salve? ¿En que mande a sus ángeles para reponer la justicia celestial? ¿Pero de qué nos podrá servir si luego nos llueven las pateaduras terrenales camufladas de caricias demócratas? ¿Será que así nos aseguramos un puestito en el paraíso y los demás en el infierno? Ok la marcha aprendió lo que significa la tolerancia, un instrumento usado por todos los gobiernos de este planeta, por todos aquellos vende patrias que
se llenan las panzas a costa de su pueblo que a cambio recibe unas cuantas migajas y la promesa de tiempos mejores.

El tiempo mejora, el sol sale, pero la miseria humana sigue, la violencia humana sigue, la intolerencia humana sigue y los que marchan mueren y se reproducen porque esa es su naturaleza o mejor dicho porque esa naturaleza nos la educaron, porque ningún sistema ha de educar a su pueblo a vivir en libertad! Al perro se le da de comer, se le pone una soga larga para que crea que tiene libertad, se lo castra y  de vez en cuando recibe una caricia y ese perro es el amigo fiel del hombre.

A eso hemos llegado a creer sin abrir los ojos, sin hacer funcionar nuestras neuronas, sin entender las palabras y dogmas con los que nos alimentan día y noche, generación tras generación. Y cuando nos dejan suelta la soga vamos hasta ahí donde aprendimos que debemos ir y ni un milímetro más... porque es mejor recibir unas cuantas migajas a una pateadura o un tiro loco...

Nuestra miseria sigue, sigue por la misma ruta, buscando justicia, buscando igualdad, buscando solidaridad, hermandad, buscando una identidad que nos haga iguales... ¿Pero qué mejor que el racismo para separarnos? Qué mejor que las luchas de clases en uan sociedad clasista? ¿Serán los más blanquitos los verdaderos o los más morenitos y qué paso con los loritos o solamente los de nariz recta serán los verdaderos  y si uno tiene un ojo celeste y el otro oscuro... habrá perdido su origen, su razón de vida?

¿Cuál es la razón que nos hace estar fuera del sistema? Porque todosaquellos que marchan son los rechazados, los parias...  ¿Pero quién define, quién pertenece a qué grupo? El dueño del juego y ese dueño no sabe de las letras, de esas letras escritas hace muchos siglos, esas letras que hablaban sobre la libertad mucho antes de que la coca sea sagrada o convierta cada sendero en un sendero luminoso y nada más.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario