La violencia nunca fue solución para nada... pero ya que la vida humana no vale nada y cualquiera puede alzar el arma para acabar con la vida ajena, ¿cómo podremos enfrentar tales situaciones? Para los matados ya no tiene ningún sentido, si la justicia dejó de ser ciega, o si los policías encontraron al culpable y qué pasa cuando el culpable con ayuditas de los aparatos estatales se hace humo, o las pruebas se pierden, o las cadenas de mando se rompen... Pues nada, porque seguimos viviendo en la misma sociedad podrida de antes y las matadas siguen tan muertas como antes.
Cuando jugamos al cacho las reglas son pocas y claras y todos las cumplen. Mientras que cuando se trata de la vida de la gente, todos se hacen a los locos, en especial todos aquellos que deberían garantizar la seguridad de todos, pero eso es una ilusión, porque en sociedades un poco más organizadas, las estadísticas muestran que la violencia contra las mujeres en la mayoría de los casos se dan en el ambiente familiar... Y un guardia de seguridad seguramente que ....
¿Pero entonces qué pasa cuando las cosas no son como deberían serlo?
La vida no vale nada en estos caso, por lo que esta oración debería valer tanto para la víctima como para el asesino... y así ya no tendríamos tanta discusión asquerosa sobre si Dios, la naturaleza, las leyes o quién sabe quién, hará justicia. En estos casos ya no hay justicia, la justicia fue violada, porque lo justo sería que esa gente no fuera asesinada...
Pero ya que aprendimos a vivir lejos de lo que humano, ya que aprendimos a vivir en un contexto abstracto podrido, seguimos con los mismos problemas sociales de hace siglos con una ética y moral absurdas, decadentes que solamente están ahí para crear pecados, infiernos, mártires y pendejos y los pendejos son los que perduran.
Pena de muerte... para un asesino... qué cruel y contradictorio puede ser el lenguaje.
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