Según la ministra el problema es de que le creyeron a una mujer y no al presidente... entonces... por qué creerle a ella que también es mujer y así si vamos al pasado, pues Adán no debería haberle creido a Eva y seguiría sólo, pero contento y no habrían guerras, ni negociados, ni femicidios, ni hombres corruptos, ni mujeres que llegan a donde llegan por el trueque comodidad por sexo. Y tampoco existirían hombres que llegan al sexo sólo por la posición política o de poder que tienen.
Y si una mujer discrimina a otra, si una mujer niega a otra, si una mujer acepta al machismo, pues andamos mal, muy mal, peor que antes del cambio o ¿quizás no? Pero en nuestra sociedad nada vale, porque los valores se perdieron en miles de mentiras, mentiras más viejas que diez años, mentiras que seguramente vinieron también con los conquistadores y así vamos buscando una identidad boliviana donde a la mayoría se la niega, por ser como físicamente son, por eso ese coqueteo con lo europeo, con los rubios, rubias, blancas y con ojos claros. Por eso eso de cambas y collas y entre medio las mentiras, esas mentiras donde las palabras de una mujer no valen.
Y si esas palabras no valen, ¿entonces que palabras valen? Pero acá lo que se cuestiona no son las palabras, porque las palabras son entendidas por pocos, acá lo que se cuestiona es quién dijo qué y lo único que importa es el rango político de una persona que está sobre la dignidad humana, la que no hace diferencia en el sexo, porque los humanos somos "iguales" y tenemos los mismos derechos naturales, sin importar color de piel, sexo, religión ideologías, posición social o dinero.
Pero ahí vamos en un sistema corrupto, en medio del caos peleando con palabras y argumentos que nadie quiere entender, seguimos viendo como la verdad es cada vez inventada de nuevo y sobre un caso la misma persona tiene miles de versiones y en ese enredo de versiones salen las ministras, que en vez de aclarar las cosas, demuestran nuevamente las leyes del patriarcado, donde por definición el jefe tiene la razón y todos tienen que aceptarla.
Lo dijo una mujer y el pecado es que lo haya dicho y el pecado del pueblo es haber escuchado y el pecado del pueblo es haber votado por el no, y así se cierra el círculo donde los malos son los otros, esas que hablaron, esos que escucharon y no creyeron o creyeron y esos que fueron a votar.
Cada día mueren mujeres en nuestro país por esas cosas del destino, llamadas hombres, cada día son violadas, pegadas, pateadas, y nadie dice nada, es más muchas de la mujeres aceptan que esas cosas pasen y se hacen responsables por seguir encubriendo a algo que no debería existir, claro que como ya está escrito en esos libros de historia los incas sacrificaban a vírgenes que solamente nacían para ser vírgenes y morir como un regalo al sol.
Por eso nos declararon bestias y esas bestias que nos trajeron la civilización nos bautizaron y crucificaron... pero las cosas no cambiaron,siguen igual. Y esta es la realidad que la corrupción e ignorancia nos están matando y nosotros seguimos en un mundo abstracto, defendiendo las palabras dichas por una mujer, las palabras dichas por un hombre... mientras la realidad nos muestra lo que está pasando, pero como andamos ciegos, pues nos siguen vendiendo como brutos y sí tiene razón para los brutos no hay perdón...
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