miércoles, 30 de octubre de 2019

El presidente que no debería serlo


Primero las mentiras…, que si pierden se van, luego el empate técnico, luego que es su derecho humano ser dictador y ahora el fraude y como eso no es todo, ahora viene con cercar a su pueblo, porque así evita el golpe de estado… pero él ya hizo el golpe de estado cuando hizo violar la constitución, cuando se limpió el culo con el resultado del 21F. Y así siguen ellos con la sangre del pueblo en sus manos, sin ser diferentes a todos los dictadores del pasado.

Pero qué nos interesa el pasado, el presente huele mal, huele a fraude, huele a mafia, huele al capricho de quedarse en el poder, no por los intereses del pueblo, sino simplemente por los propios intereses que nada tienen que ver con la Patria.

El presidente y sus compinches son empleados del estado, el pueblo es el estado y si el pueblo no los quiere, pues tiene el derecho a decir NO, a quitarles el cargo y que no vengan con golpes de estado financiados desde el otro mundo, esos cuentos ya son tan viejos que no tienen sentido ni valor.

Por eso vienen con dinamita, palos, piedras y así se arma lo que toda política debería evitar, pero como el dividir es la consigna, ya que sin ella no pueden gobernar, entonces nos vamos dando en la madre sin razón alguna, claro protegidos por la ley que dice… ustedes son los buenos y deben, y ustedes son los malos y pueden, pero… Y esos peros son las sombras en nuestra historia, en una historia, dice que con 30 años de experiencia, en lo que significa democracia; una experiencia derrumbada en trece años, donde se trató y trata de llegar al modelo chino, donde sólo hay un partido y este partido gana cada elección con 110 %, simplemente para evitar el empate técnico.

Los dictadores solamente se diferencian en sus nombres, porque todo lo demás es conocido, sin represión no pasa nada, sin miedo tampoco, sin mentiras y fraudes menos, sin corrupción peor la cosa, y los pueblos se acomodan, se acomodan a vivir lo mejor que se pueda, sin que nadie se dé cuenta que también respiramos, y eso es aprovechado para que ellos hagan lo que quieran y punto.

Claro que la historia de otros países y sus dictadores debería valernos un pedo, porque nuestro problema actual es grave. Y hacernos a los locos ya no es saludable, sabiendo que tenemos al presidente que tenemos. También sabemos que él no debería haber llegado tan lejos, es decir a violar a la constitución y a negar el 21F, porque según él vivimos en democracia y si así fuera… pues él debería tener tanta valentía para dejar su puesto, sin importar si el pueblo lo obliga a seguir colado a la silla presidencial o no, lo cual lo dudo.

Somos lo que somos, somos lo que pensamos y hacemos, eso en la teoría porque en la práctica dejamos a otros ser, pensar, actuar. Y esos otros llaman a la corrupción, llaman a la violencia y según ellos los otros no deben defenderse, es decir que “esto no vamos a dejar que pase, por eso mire si su hijo o hija de 18 muere, no de amor, sino con una bala en la frente” pues joder fue culpa de los padres…

Cuando los corruptos, los asesinos, los maleantes hablan la tierra vomita,  mientras que nosotros los escuchamos y quedamos indiferentes, quedamos aterrados, quedamos a su disposición.
La democracia no es de Morales ni de Linera, es del Pueblo y ese pueblo tiene que entenderlo.

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