domingo, 9 de febrero de 2014

Libertad, la mentira más grande

Una mesa y nosotros, ambos atados a la ley de la gravedad... pero claro la mesa por ser mesa no es libre y nosotros tampoco ¿o? Pero ahí entra la palabra concientes, si somos concientes de lo que somos y tenemos una identidad (como si la mesa no la tuviera) y podemos pensar y refelxionar sobre lo que pensamos, entonces podemos analizar, podemos tomar decisiones, podemos elegir, podemos cambiar nuestro camino, podemos entender lo que es justo o injusto, correcto o no, lo que es y lo que no debería ser.

Y a eso llamamos libertad, al vivir concientes de lo que somos, queremos, hacemos, pensamos, sentimos y decimos, pero una cosa es la teoría y otra la práctica y ahí vamos como si fuéramos mesas, claro que una mesa fue antes un árbol y ese árbol no tenía conciencia de si mismo, por eso tratamos a casi todos a nuestro alrededor como si fueran cosas... sin importar su origen o pasado. Y al olvidar nuestro pasado perdemos parte de nuestra libertad... Y también al quitarles a los demás la forma de conciencia que puedan tener, también perdemos parte de nuestra libertad.

Pero de esa libertad no tratan las grandes guerras, las grandes revoluciones, las grandes reformaciones, los grandes actos de hombres que luego se convierten en héroes, personalidades, en estrellas del firmamento llamado historia, pero al final de tantas guerras y violencia, vivimos tan encadenados como antes y lo único que pasó al olvido son los millones de muertos, muertos por algo que otros denominaron "libertad". Y esa libertad por la que pelearon, tuvo y tiene como símbolo las cadenas, esas cadenas que tenían antes los esclavos...

Las cadenas físicas, pasaron a ser cadenas, económicas, éticas, morales, religiosas, abstractas, virtuales y así volvieron los héroes a crear sus cruzadas, a quemar a brujas, a revolucionarios, a nuevos pensantes, porque hay muchos que no quieren que este tipo de dependencia se acabe, mientras otros luchan por acabar con ellas, pero todo en vano, porque la primera libertad a lograr es la libertad personal, esa que se puede dar solamente en el conjunto intelecto-corazón y en esa lucha no hay violencia...

Por eso la libertad que ellos predican no es más que una mentira, una mentira más como su justicia, como su hermandad, como su lógica, como su amor a la tierra que los vió nacer. Lastimosamente no nos damos cuenta de que nos llevaron por el camino erróneo dentro de su dialética y dualísmo , que violaron los conceptos, las ideas, el lenguaje para hacernos creer lo que a ellos les convenga y así vamos bendiciendo a las armas para las nuevas guerras, porque bombas benditas matan en forma justa.

La libertad no puede nacer como resultado de la violencia, la libertad no puede crecer en medio de la falsedad, la libertad no es parte de ninguna forma política, la libertad es algo propio de cada ser viviente de este planeta y no conoce ni Dioses, ni leyes, ni pecados, penitencias o infiernos y purgatorios.

¿Pero qué serían las sociedades actuales si fuéramos realmente libres? Nada, porque nadie tendría el poder para someter, para crear nuevos esclavos y mantener las estructuras de siempre, donde pocos viven bien y la mayoría sufre para poder sobre vivir...

Sistemas inhumanos, llamados demócratas, donde la libertad, no existe, y ni para qué hablar sobre justicia social o dignidad humana. Y mientras no entendamos de lo que realmente se trata, seguiremos llorando por nuestras víctimas, en revoluciones y guerras sin sentido.

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