Muy inocente tendría que ser, para creer que los gatilleros, dejen de disparar cuando uno les pide de todo corazón que por favor dejen de disparar contra inocentes, desarmados y para que se entienda bien acá como gatilleros no me refiero a los maleantes, sino a los uniformados, que solamente saben cumplir órdenes y así se convierten simplemente en el dedo alargado de los que los mandan...
Peor aún cuando no hay guerras, peor aún cuando el enemigo es el pariente, es el hermano, es el compatriota... Pero en este juego que llamaron democracia, su democracia, así son las reglas, el dueño de la silla presidencial puede hacer lo que le venga en gana, puede ir a bailar o jugar fútbol, mientras las inundaciones avanzan y cubren regiones o puede estar de viaje mientras su pueblo es pateado, y una vez de vuelta a la realidad, esos hombres no saben nada, se hacen a los locos, porque en esa su democracia la violencia es un método político, que puede ser usado cuando, ellos crean ver el peligro a la distancia, el peligro creado por los malos, esos malos que ya conocemos desde los cuentos, desde la biblia...
Los soldados tienen una función, la de defender a la patria, y como la patria es algo abstracto, se trata en realidad de defender al pueblo que vive en esta patria... pero como las palabras dejaron hace mucho de tener valor, de tener un contexto, de tener una semántica, y son simplemente usadas para que dejemos de pensar y empecemos a creer en sus cuentos, donde ellos son los salvadores del planeta, pero llegada la hora no hacen nada, como ahora en el Beni o hace poco en el TIPNIS, entonces dejamos de ser los arquitectos de nuestro camino...
Y cuando empezamos a creer, pues podemos ponernos a llorar y gritar pidiendo que por favor no disparen a nuestros hijos, a la gente joven que tiene las agallas de dar la cara, porque los viejos ya están viejos y cuando era la hora de parar con estas cagadas, no lo hicieron, creyendo luego como a finales de los 70, que el perseguido vivirá la justicia de lo cielos y estará sentado a su derecha...
Pues bien una democracia basada en creencias, es una democracia muerta, es una democracia falsa, porque las democracias son vivas, son de ahora y ya... es decir son el resultado de gente pensante y no creyente. Pero si dejamos que lso caudillos piensen por nosotros, sabiendo muy bien que estos caudillos sólo piensan en sus intereses, pues volvimos a caer a la misma trampa, a la trampa de la que los pensantes quieren escapar, pero ahí los esperan los gatilleros, los maleantes pagados por el estado para crear el orden, para asegurar que la seguridad del estado no está en peligro...
Así que los que piensan son un peligro para el estado, un peligro que tiene que ser aplastado sea como fuere, para que luego los muertos sean denominados traidores... anti-patrias, infiltrados....
Pero en realidad los traidores de la patria son aquellos que nos llevan a estos extremos y ya que las palabras dejaron de tener algún valor, dejemos de pedir que por favor dejen de.... ya que llegó la hora de hacer respetar nuestros derechos que en realidad no son propiedad de ellos.
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