sábado, 4 de noviembre de 2017

El billete de cien mil

Como las imprentas no entienden de inflación pues qué joden, ahora tienen un billete de cien mil y si ese billete tiene un valor de 2 euros a quién le interesa, lo importante es sentirse millonario, sin importar que esos millones no tienen ninguna fuerza adquisitiva, es decir que con suerte podrán comprar un pan, claro siempre y cuando haya pan y ese es el juego en la inflación, donde las cosas desaparecen y los billetes pierden su valor.

Y si en medio el pueblo se muere de hambre, ni mierdas porque ellos, los del pueblo, se reproducen como los ceros en los billetes.

Dicen que todo se fue a la mierda porque el estado se metió en la vida económica del país, dicen que los del gobierno trajeron la corrupción, que empezaron a gobernar para los propios bolsillos, parientes y compadres. Dicen que gobiernan sin saber lo que hacen y que creyeron que el petróleo era su bendición y salvación, por lo que no buscaron alternativas y bueno algún rato  cayó el precio y los huecos creados por tanta buena política económica ya no podían ser cerrados, porque faltaban los dólares tan odiados.

Y las deudas suben y suben y los intereses a esas deudas también y algún rato llega el momento donde ya nadie les da crédito y listo, así como en Grecia y luego viene la caída así de un día al otro y no porque los malos capitalistas lo hayan planeado, sino porque los propios políticos creyeron que el populismo socialista en Venezuela era la solución, pero con populismos no se crean fuentes de trabajo, no se crean fuentes de inversión, no se crea confianza de tal forma que otros capitales quieran participar e invertir.

En Grecia no hubo el populismo de ningún lado simplemente se cayeron por la corrupción.

Y con imprentas o más imprentas no han de resolver el problema, porque cuando el problema es el gobierno, los billetes no son la solución, y eso pasa en muchos países en latioamérica y a nadie le interesa seguir siendo gobernados por corruptos, como en ese entonces donde los militares eran dueños del continente.

Ahora son otros los dueños, pero los problemas siguen y aumentan, como el caso del narcotráfico donde cada día sale una nueva noticia con mercadería boliviana encontrada, o por bolivianos detenidos por su tráfico y seguro que los billetes ruedan y van y vienen, pero con esos billetes no se puede gobernar. Claro que esos billetes gobiernan de alguna forma... pero...

El billete de cien mil, después vendrá el del millón y si siguen así necesitarán más papel para tratar de tapar esa realidad que ya no puede ser ocultada. El tiempo de las colonias sigue siendo vigente, solamente que ahora les regalamos países enteros y ellos, los otros, los malos sin importar su color político, no tienen que salir a descubrirnos ni nos tienen que bautizar ni nada.

Así de fácil les regalamos lo que decimos que es nuestro.

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