martes, 30 de julio de 2013

Gay... seres de otro mundo

Bueno quiénes seremos para poder juzgarlos, nadie diría yo, porque ser gay es como ser hétero, o sado, o masoco, o normal y aburrido, o normal y activo, o normal con muchos hijos, normal, con
pocos hijos, normal sin hijos, o normal con muchas mujeres o normal con solo una y a todos esos nadie ni los toma en cuenta, pero los gay son ahora la noticia del momento, porque al volverlos normal, queremos demostrar que somos seres pensantes, que evolucionamos, que progresamos...

Bueno, hay que hacer propaganda en vez de decir que siglos de siglos las minorías entre los seres humanos siguen siendo explotadas, extermminadas, siguen siendo los que sufren más que el resto del rebaño, porque dentro de todos los hijos de Dios hay muchos que son más iguales que otros...
Claro y si el Papa moderno dice que no los puede juzgar, entonces habría que preguntarse, qué es lo que quiere o quisiera juzgar... ¿el que tengan relaciones sexuales entre seres del mismo género? Claro porque eso está prohibido, porque es obra del diablo, pero como ahora ya se pueden casar, es decir formar una familia, entonces la iglesia tiene que ir con la corriente y no contra la corriente y lo hace sin tocar el tema de la sexualidad y así elegantemente quiere mostrar que es una iglesia moderna, que es una iglesia dispuesta a terminar con tanta basura que lleva en la espalda, por sobre todo si por otras esferas, miles de cátolicos se salen de la iglesia, y así la iglesia pierde no solamente a "clientes" sino que pierde dinero también.

Así que el Papa... así como Morales por el camino del sofisma, de la propaganda política que nubla la realidad, una realidad que en tiempos modernos no puede ser vendida como en ese entonces donde las brujas calentaban a sus contemporáneos en noches de invierno, al ser quemadas o los gay al caer a los campos de concentración, a las narices de una iglesia que justo ahora se acuerda, de eso del hijo perdido... Bueno todos somos como hijos perdidos, porque vamos bautizados por el mundo sin vivir lo que aprendimos en el Credo, claro que el Credo nada tiene que ver con la vida cotidiana, pero si realmente lo viviéramos pues las cosas serían definitivamente diferentes.

Ok entonces en qué quedamos, ¿son los gay nuestros hermanos o no? ¿Pero no era que a los gay les da mas sida que a los otros? ¿Pero no era que sus prácticas sexuales son mas cochinas que las nuestras? Y ahí volvemos a pisar el palito de la ignorancia, ese palito tan lindo que creó la iglesia, para definir lo que está bien, lo que está mal, lo que es bueno, lo que es malo, lo que es normal, lo que no es normal, lo que moral, lo que es amoral, lo que es ético y lo que no lo es... es decir que el sexo es un tema muy complicado que nosotros mortales no podemos entender y bueno cuando los curas se satisfacen en hombres jóvenes, pues demuestran que debajo de la sotana hay algo que no controlan ni resando ni con penitencia, y bueno ¿quién puede entender la sabiduría de Dios? Nadie, por eso todos los gay con sotana son encubiertos mientras que los otros son condenados al fuego eterno.... hasta ahora... donde ven una ventanita abierta, un poco de luz, ya que el máximo
representante dijo que el no los puede juzgar si... y ¿qué pasa si estos gay no creen en DIOS?

Pues cayeron al infierno, al infierno de la ignorancia que ya dura mas de dos mil años y los demás los normales seguimos de a pie, siendo fieles espectadores, ya que es mejor ser fiel y no tener una opinión para caer también al fuego eterno,ya que sabemos que Dios lo sabe todo, hasta lo que no queremos pensar, por eso pensar es un pecado y actuar también.

Los seres de otro mundo somos todos aquellos que seguimos creyendo en todo este circo romano, con buenos y malos y seguimos sin entender que nosotros iremos a parar delante de los leones... ¿qué pendejos verdad?

1 comentario:

  1. Haber siguiendo la logica, porque es raro ver gays ancianos? son escasos, si hoy vemos 50 gays jovenes en unas 10 hectareas veremos 5 en 40 años mas...
    es sabia la naturaleza, con ella no se juega y la Santa Iglesia sabe mucho de eso.

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