Durante la macha de los del Tipnis los agarraron a patadas y no pasó nada, es más de premio le regalaron al autor de este hecho criminal un nuevo puesto como diplomático. Durante ese partido de fútbol, SE le rompió los huevos con la rodilla a un jugador y no pasó nada, al de los huevo rotos le sacaron la tarjeta roja y listo. El borrachito hizo contruir un puente con joroba hacia abajo y nada, no pasó nada y ahora el entrenador de la selección lo patea a su empleado... así como cuando nuestros conquistadores nos daban nombres, nos descuartizaban, no mataban porque no éramos cristianos, y tampoco pasó nada porque Dios se hizo al loco.
Que sea entrnador ok, que haya sido insultado ok, pero que lo agarre a patadas y después no pase nada, ya demuestra que vamos por el mal camino, que jamás dejamos el camino de la colonia, de la esclavitud, que siempre hay las clases sociales, que se dividen en gobernadores y gobernados, donde los que gobiernan pueden hacer la mierda que quieran, porque de ellos es el pastel, porque de ellos es la fiesta y nosotros solamente somos los que pagan los platos rotos.
Pero, ser entrenador no significa nada y deberían hacerlo desaparecer, porque una persona así no puede entrenar a nadie. Pero, que sean los que gobiernan, tampoco significa nada, por eso deberían hacerlos desaparecer, porque un estado no necesita a gente deshonesta, poco patriota, que anda vendiendo sofismas antiguos, hablando de revoluciones que jamás se dieron ni son posibles.
Pero así es la vida, esa gente sigue ahí y lo hará por siempre, porque las patadas de los pelotudos son lo que merecemos ya que no somos capaces de aprender de nuestra historia, de esa historia que es escrita según sus conveniencias, sus negociados, sus mentiras, sus verdades.
Dice que tiene el ojo verde... los del TIPNIS tuvieron más que ojos verdes y a ningún político le interesó una mierda, porque un estado no puede hacer eso con su pueblo, pero como la justicia es solamente un título, es solamente un invento para que sigamos creyendo en el sistema, pues ahí van los justicieros haciendo justicia y nosotros esperando a la divina, donde un hombre con barba blanca venga y nos haga libres y felices.
La democracia que vivimos es un cuento chino, con su mochila china y su negocio chino. Todos somos comunistas, socialistas, licenciados salidos o no de alguna o ninguna universidad. La verdad es decirle a Maduro que siga, que lo está haciendo bien y que se lo apoya. Mientras la otra verdad se escapa a otro planeta donde no existan tantos pelotudos que sólo puedan repartir patadas.
Cuando era joven los mayores llamabam a todo esos seres, los pataduras... ya desde ese entonces teníamos ese problema y ese entonces es tan viejo como nuestra historia, y lo peor del caso es de que nada cambiamos....
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