Vanguardia, líder y revolución

Nuevamente que el filósofo plurinacional me enreda el panorama o nos muestra cuán enredado es su panorama político, ético y moral, porque una política sin ética ni moral o por lo menos con reglas humanas, razonables, no puede ser una política para el bien de todos, sino simplemente es una política partidaria para dar de mamar a los del grupito, a los del rebaño. Pero como se trata de un amague camuflado de  intelectualidad, para hacernos creer que este gobierno tiene la altura para definir los pilares para poder crear una nueva sociedad, entonces las palabras grandes puestas en oraciones que pocos entienden hacen un nuevo show… para distraer a nuestras neuronas.

Mientras que en la realidad la revolución, después de perder su disfraz, muestra claramente que no es nada más que el caos puro, donde con bloqueos, paros, dinamitas, huelgas de hambre se llega al choque a la violencia, olvidando que una base elemental en la democracia es el diálogo, por el cual los intereses del pueblo son velados, son hechos realidad. Pero como no existe tal diálogo, pues la política se convierte en el accionar para ganar votos, es regalar lo que nadie necesita, es hacer obras para ganarse la simpatía de gente que sigue viviendo en la miseria y nadie tiene interés en cambiar las cosas, de tal forma que vivamos en una sociedad humana

Para que una revolución se dé se necesita de líderes, de líderes intelectuales, de líderes con visiones, de líderes fuertes que sepan por lo menos lo que están haciendo y diciendo… y si vemos a nuestros líderes, ya sean estos los del gobierno o los de la oposición vemos que son figuras que actúan, que actúan según la moda, según el lado de donde el viento sople, según los intereses a cubrir, según el origen de los intereses a defender, según la forma arbitraria de definir, de entender, de clasificar las cosas, las cosas importantes que hacen de una nación una nación rica y en progreso  o una mísera como la nuestra… Pero ellos nos quieren hacer creer, que nuestra sociedad no está moribunda, sino que está sana y va por el buen camino. Pero Su camino no es el de todos, su camino no es por definición o colores de la whipala el mejor  y si en ese largo camino faltan los líderes, las convicciones políticas, las visiones humanas pues esa tal revolución no fue más que un golpe sin gorras militares y nada más.

Según el mata burros, diccionario de la lengua española,  vanguardia es: 1. f. Parte de una fuerza armada, que va delante del cuerpo principal. 2. f. Avanzada de un grupo o movimiento ideológico, político, literario, artístico, etc.  3. f. pl. Lugares, en los ribazos y orillas de los ríos, donde arrancan las obras de construcción de un puente o de una presa.  Bueno no creo que el filósofo está hablando sobre orillas o rios, por lo que solamente hay dos posibilidades, o habla de un grupo armado que los defienda y esté dispuesto a meter bala, como en ese entonces los paramilitares, o habla de otro grupo que a otro nivel los cubre, siendo ellos los que dirijan la obra, den el tacto de la música, den la dirección para crear sus obras, pero en una democracia no puede existir un grupito  que defina algo, que sea la cabeza y tenga a otro grupito que lo defienda, porque la democracia es de todos y todos la defendemos o no, la hacemos crecer o no, le damos vida o no.

Nuestra democracia, solamente tiene un aspecto por el que esta forma de gobierno pueda ser llamada democracia y es el hecho de que cada cierto tiempo vamos a crucificarla sobre papeletas multicolores, después de haber escuchado toda una eternidad las promesas, las obras gloriosas que irán a hacer, todo lo que cambiarán en nombre de la justicia, hermandad, igualdad. Y pasado el tiempo seguimos ahí donde nos habían dejado, o mejor dicho donde dejamos que nos dejen, en la ignorancia que los fortalece.

Cambiar de actitud, de forma de pensar, de forma de razonar, para dejar de ser objetos. Sí, eso sería todo y es tan fácil de lograrlo. ¿Pero por qué no lo hacemos?