Durante un operativo militar contra el contrabando de autos, soldados bolivianos fueron tomados presos, “por pasarse de la raya”… ¿Qué joda no? Sobre todo si días antes por decreto fueron legalizados miles de autos chutos… ¿entonces para qué perseguir a los contrabandistas? ¿O es que nuestros soldados no reciben noticia alguna, allá tan lejos en la frontera? Cuando el pie izquierdo no sabe a dónde ir y el derecho va para otro lado, uno se tropieza, normal, pero cuando nuestros políticos hacen las Kgadas que hacen, no pasa nada. La lógica murió, perdida en el laberinto plurinacional, en el laberinto de la ignorancia.
Y de paso se quejan los políticos de que los trataron, “a los soldaditos”, como a simples delincuentes… Yo diría “por suerte” que así los hayan tratado y no cayeron a un pueblucho con sus leyes originarias, porque si así hubiera sido ahora los estaríamos trayendo bien encajonados y con los manacos por delante, y eso lo digo porque a nuestros supuestos delincuentes así los trataron en nuestras tierras, y hasta ahora nadie indaga nada… y nadie reclama que los hayan tratado como simples delincuentes… Qué frágil había sido la memoria, y qué puta nuestra forma de analizar las cosas.
Dicen que el mayor regalo del hombre es el “libre albedrío”, es decir el poder elegir y tomar decisiones propias, ok, ¿pero ahora cómo poder explicarles que otra cosa muy diferente es el libertinaje y que el que tengan una “mayoría absoluta” no les da el derecho total al libertinaje, donde crean definiciones nuevas de “justicia” e “in justicia” según la posición actual de la luna o será del sol? El libertinaje es el desenfreno en obras o palabras o desenfreno en obras y palabras lo que niega cualquier tipo de diálogo.
Para que el diálogo se pueda dar debe existir por lo menos un denominador mínimo común, pero en nuestro caso no existe nada y si quieren que el pueblo se convierta en un disco rayado, que solamente sepa repetir lo que ellos grabaron, entonces por lo menos que tengan un solo discurso y no estén que un paso adelante y cinco atrás, dos a la izquierda y siete a la derecha y una vuelta por acá y la otra por allá.
El tocar platillos no significa ser músico, el patear la pelota no significa ser futbolista, el crear leyes no significa ser justo, el hablar al pueblo no significa ser político. Pero “como siempre” con truquitos viejos y conocidos, nos maman día a día, nos muestran la parte de la realidad que es conveniente que veamos, que aprendamos y así se forman costumbres de vida, que después de un tiempo forman el contexto que es la base de una sociedad y si el contexto es falso, los discursos y su política también tienen que serlo y lastimosamente estando uno en medio no puede o quiere ver, que seguimos navegando en el mismo barquito de papel en un mar turbulento.
Al ver, por medio de los libros de historia, lo que fueron nuestros antepasados, los incas, tenemos que entender que fueron una civilización, un poder regional, porque tenían una estructura definida, porque el sistema funcionaba, porque tenían un codex, porque tenían reglas, porque tenían todo aquello que ahora nos falta, pero como no podía ser de otra manera, gritamos que somos aimaras, quechuas y creemos que simplemente por tal razón las cosas han de cambiar. Y lastimosamente no es así, porque si los incas hubieran vivido como lo hacemos nosotros ahora, no hubieran llegado jamás a crear el imperio que crearon.
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