Ni bien el reloj pasó la marca, las cosas cambiaron, el mundo se convirtió en humano y los dictadores desaparecieron, la gente dejó de ser pelotuda y se convirtió en responsable de sus actos y pensamientos y si todavía no se han muerto, todos aquellos que cambiaron, seguro que siguen viviendo en el país de las maravillas.
Bueno la realidad es otra y solamente muestra que pasamos mucho tiempo creyendo en miles de cosas que hemos aprendido, porque es mejor ponerse un calzón rojo a uno azul, ya que así los nuevos 365 días traeran plata, salud, nuevas mujeres, un buen trabajo, mucha plata, éxito y felicidad... y si al final de los 365 días no pasó nada pues seguramente que el calzón rojo era un calzón imperialista, que no entiende las tradiciones nacionales de este nuevo país que cada vez se parece mucho a ese de las épocas de los 70 donde los militares eran los nuevos dioses.
Pero como cada año tenemos nuevos deseos, pues ahí están los nuevos dioses autóctonos, cien por ciento nacionales, que entienden las necesidades de estas tierras, "más mejor" que los dioses importados, porque esos dioses importados ni nos entienden porque ellos hablan otros lenguajes...
Y es así como cambian las cosas, simplemente porque creyendo podemos cambiar la realidad, puede ser que eso sea cierto, pero la realidad que vivimos cada día nos muestra que algo anda mal, que algo no es legal, que algo es una mamda más, que algo corrupto está en el aire, que todos pueden oler y hasta ver... pero como es preferible hacerse a los locos, pues a ponernos los calzones colorados y esperar que el reloj pase la marca para que el mundo cambie.
Así vamos esperando ya siglos y no pasa nada, las mentiras siguen ahí, la pobreza igual, la corrupción es más brutal, los dictadores abundan, pero nadie se da cuenta que eso de esperar con o sin calzón de un determinado color no trae nada, o tal vez un insignificante resfrio y para los resfrios hay medicamentos y listo.
Por eso puede ser que el 2018 sea diferente, puede ser que traiga muchos cambios... pero si nos ponemos a pensar que un año es una abstraccción que creamos para poder contar el tiempo pasado, ¿podrá esta abstracción traernos algo nuevo o algo viejo otra vez?
No, seguro que no, por eso si queremos que pase algo, pues no nos queda otra que hacer que pase algo, es decir que nosotros tenemos que ser el motor para tener nuevas ideas, soluciones a problemas básicos, ser los que construyan el camino y no dejar que otros sean los que nos lleven al barranco.
Hace mucho que dejamos de ser lemmings, hace mucho que dejamos de ser esclavos, hace mucho que aprendimos lo que es la libertad, hace muchos que aprendimos que nadie nos puede imponer nada...
Bueno llegó la hora de poner a la práctica todo aquello que hemos aprendido, a no ser que sea más saludable el no hacer nada y esperar a que nuestro reloj pase la marca...
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