lunes, 11 de julio de 2011

Cuando la muerte no tiene ni cara ni nombre

La muerte siempre tiene una cara y un nombre, hasta los abortados, pero cuando la danza de la muerte visita a otras puertas, pueblos o regiones nos vale...un carajo, a pesar de que desde que nacimos, con cada día que pasa ya estamos un poco más muertos. Y ese es un proceso natural, porque así es la determinación de las células y si todo fuera normal, moriríamos viejos cuando el cuerpo ya no pueda, natural. Pero como somos civilizados hacemos todo lo posible por apresurarnos, por eso comemos lo que comemos, tomamos lo que tomamos y si pensamos en la piel, el órgano más grande que tenemos, le damos como si fuéramos de acero...

Y después viene el paro, el infarto cerebral, el cáncer, la  cirrosis o lo que sea y el drama es “más peor” y en otros casos vienen las vitaminas Plomo de diferente calibre, o los “resbales” de grada con desgarre hepático, eso se daba por los 70 cuando las gradas sabían rodillear, o las bombas-cama también invento de ese entonces, mientras que  ahora los linchamientos están de moda y estos ponen fin a la vida en una forma cruel en episodios.  Y si a eso sumamos a todos los que se mueren deshidratados o  desnutridos, vemos que este tema es diario, pero como es un tema tabú lo ocultamos detrás de cualquier cosa. Y de pronto balean a una persona de la vida pública, y nos consternamos, “pucha que barbaridad”.

Diariamente nos confrontamos con hechos de violencia, mujeres son violadas, niños son violados, otros son acogotas por 5 pesos, otros pisoteados por tener otra “posición” política, ni que hablar de los niños soldados que mueren en la guerra de la cocaína, pero como esos no tienen nombre, entonces son simplemente un número en la estadistica nacional del país X y como el país X está en otro mundo, ¿entonces que hincho las pelotas verdad? A los libios les están dando duro sin que nadie haya declarado una guerra, hace poco el canciller alemán dijo que “El protestar es un derecho básico de la gente”, por eso la OTAN se mete y cuando quiseron hacer lo mismo con Siria los Rusos dijeron de pronto NO y ahí acabó el cuento de los justos y los malos. Claro que las palabras del canciller alemán son sabias y lástima que Bolivia no esté en le Comunidad Europea, porque “sinos” los de la Otan ya nos habrían hecho polvo ¿o? Ya que en nuestras tierras ya no hay derechos básicos. Hasta el abrir la boca es un delito y peor aún si se dice algo...

En Latinoamérica la violencia es diaria, sólo basta leer algo sobre Juárez o las Fabelas y los comandos de la muerte, a la caza del ser humano. Claro que tendríamos que aclarar... nosotros los que pagamos puntualmente los impuestos, ¿qué tenemos que ver en esta mierda? (No hay otra palabra en la lengua castellana para expresar esta realidad) La más cómoda, la de ser el público presente, que ni aplaude ni dice bu, pero que pagó las entradas.

NO a la violencia significa NO a la ignorancia, NO al totalitarismo, NO a la corrupción, NO a la ilegalidad, NO a la miseria, NO a la dependencia.    Sí a la libertad de opinión, Sí al derecho natural a la vida, Sí a la legalidad, Sí a la justicia, pero a la verdadera no la comprada. Pero mientras no hagamos algo por esto, habrán muerto todas esas personalidades como  Facundo Cabral, Luis Espinal, los de la Harrington, todos los desaparecidos durante la Operación Cóndor  y todos los demás justos, sin sentido.

¿Quién gobierna a los estados ignorantes, que son casi todos? ¿Algún ángel caído? ¿El diablo? Creo que ya estamos bastante mayores para saber que la miseria humana es un producto nuestro y si los que nos gobiernan no hacen nada, es nuestra culpa, porque nosotros los elejimos o soportamos.

El que inventó la esperanza fue un genio, lástima que no patentó su idea, porque ahora sería el hombre más poderso de la tierra. La esperanza es importante, pero también puede ser el primer eslabón de nuestra cadena. Pues que cada cual decida...

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