miércoles, 6 de julio de 2011

Si se calla el cantor

Si se calla el cantor, le dán condena  perpetua, pero al entender que perpetua significa, en otras partes, para siempre, entonces de pronto el disco duro se ablanda y hasta la memoria fotográfica funciona. Y como de paso al abrir los ojos uno se da cuenta, que no está en su pueblo, entonces ya no hay el “ya pues caserita déme una rebaja o no sea malita se lo haré mil adobitos pues...” Pero esa persona debería saber mejor que ninguna con qué baraja estaba jugando y punto.

Y como nota aparte o complementaria  está eso de erradicar la corrupción en 90 días y con ayuda de todas partes tal vez se lo lorgraría, ¿pero si somos realistas cómo poder erradicar un cáncer que ya perdura cientos de años en tan poco tiempo? ¿Y por sobre todo si vivimos bien y de vez en cuando nos cae una guita? Y eso de no saber lo que uno hace tampoco me asombra, porque que el vice diga “ay..ay.. caramba  no sabía que habían sido tantos auticos de alasitas puej”... o que el presi diga “ay... ay... caramba, nuestros bloqueos no causan daños económicos  o nuestra coca es santa y no se convierte en nieve”  y el general diga primero “nones my friend” y después ”mea culpa”, me muestra nuevamente que seguimos siendo la sociedad en chacota, donde el presterio no dura semanas sino siglos.

Y una sociedad donde su democracia es un burdel público, a mediano o corto plazo, se tiene que aplazar, repetir el curso, porque así es simplemente la ley de la gravedad y esta ley no perdona a nadie, por MAS de que el que esté encima del árbol sea originario o trate de ser original, que es otra cosa, pero al final de la caída viene la reflexión y eso seguro que lo supieron no solamente los aimaras y quechuas sino también el hombre de las cavernas. Y a pesar de que vamos de caída en caída no aprendemos nada y seguimos por el mismo camino, vacunados contra toda forma de aprendizaje, creyendo que al saludar al sol o persignarse en cada esquina la “divinidad”, venga esta de donde venga, ya estará construyendo nuestro camino, nuestro sendero y mientras esto  pase, no nos interesa dónde iremos a parar o mejor dicho dónde acabará nuestro camino.

La democracia es un término abstracto, vacío, donde cada uno de nosotros pone un granito de vida, si es que tenemos el valor de mostrar cara, de asumir responsabilidades, de vivir el intercambio de información. Pero si solamente estamos con eso de que  “quiero, quiero, pero no doy”, entonces seguiremos viviendo las cosas que diariamente vivimos. Ok si asumimos esa responsabilidad está bien, ¿pero con qué derecho arruinamos el futuro de los hijos de nuestro hijos? ¿Simplemente porque así lo hicieron nuestros abuelos? ¿Y estamos también dispuestos a que nuestros nietos repitan nuestros errores? ¿Con qué sentido?

El potencial de Bolivia está ahí al alcance de nuestra manos, no es ningún sueño ni cuento de hadas, pero  en vez de construir una sociedad digna para todos, andamos repartiendo rodillazos, patadas, dinamitas por donde podamos, simplemente porque llegó la hora de cambiar las cosas. ¿Pero cuándo hemos de entender de que con violencia no hemos de cosechar más que violencia? Y no solamente estoy hablando de la violencia física... Y mientras tanto los que nos gobiernan están tratando  de mantener el equilibrio en la cuerda floja, así como muchos gobiernos anteriores y para no caer son capaces de cualquier cosa y mientras tanto creen que nadie se pone a pensar cuando un ex general, un ex representante del gobierno, es  apresado  con las manos sobre la pasta, digo sobre la masa, ¿de que qué es lo que está pasando en el gobierno?

Si ya llegamos a tal extremo, ¿será una ópera la que tendremos que oír de este nuevo cantante?  Así con nuevas sorpresas, ¿pero qué puede ser nuevo en una sociedad corrupta? Cuando esos cantantes,  de ese entonces, cantaban por los derechos del pueblo, pisoteados por las dictaduras ese canto era noble y no era como ahora simplemente un canje, business as usual.
*Si se calla el cantor. Horacio Guarany

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