domingo, 21 de agosto de 2011

Boinas Verdes

La historia del golpe de estado del 71, nadie la cuenta como es, porque los sobrevivientes,  ahora ancianos, padecen de amnesia galopante y los que hubieran podido o querido contar cómo fue ese golpe en realidad, murieron cayéndose las gradas, como Selich... o se perdieron en alguna fosa, quizás comun. No hay historia de Banzer sin la historia de Selich, porque dicen que Selich fue en realidad el que hizo el golpe ya que Banzer estaba en la cárcel, y pasado el tiempo cuando le tocaba a Selich ser el presidente se cayó las gradas por ser en realidad uno que tramaba el nuevo golpe... Hay muchos cuentos sobre esta historia, hay muchos intereses detrás de esta historia, hay mucha ignorancia detrás de esta historia, y así solo quedan frases como los Boinas Verdes liberan... ¿A quién liberaron?
¿Al pueblo o a los intereses de las “sombras” dueñas de estas tierras  del yugo de JJ Torres? ¿Y dónde quedó  JJ, terminó su historia en la Argentina como resultado exitoso de la Operación Cóndor?  ¿Es el olvido la mejor forma de solucionar problemas? Y lo que después vino, no es más que la absurda historia de un pueblo que acepta todo, que tiene el don de olvidar, de olvidar todo lo malo que pasó por su historia y aún sigue ahí. Y lo trágico del caso es que aún existen personas que hablan del Gral. como si hablaran de Dios, la ignorancia sobrevive y no hay como terminarla, exterminarla. Todos los Generales de nuestra historia fueron un capítulo que deberíamos haber evitado, al igual que todos los pseudo políticos demócratas, ¿pero si todos ellos no hubieran existido, cuál sería la alternativa? La alternativa más sana sería, que el pueblo deje la ignorancia, para no seguir detrás de hombres, que no tuvieron ni tienen ninguna capacidad para guiar a un pueblo.
¿Pero cómo se deja a la ignorancia?
Al cerrar los ojos puedo ver como en esa tarde de Agosto el Mustang sobrevoló el centro de La Paz, hizo un tirabuzón y empezó a disparar contra la Universidad, como las ráfagas iluminaban la tarde, como los impactos rompián el silencio. Bueno en esa semana de golpe viví mucho más, ¿pero a quién mierdas importa los recuerdos, si en la realidad estamos dispuestos a meternos bala hasta por las orejas?  ¿Quizás fue esa la razón por la que Bolivar se fue a morir lejos de su hija predilecta? ¿Y quién se acuerda de Siglo Veinte, Catavi, Caracoles y todos esos distritos mineros que fueron masacrados? ¿Y seguimos con el cuento del buen General y los malos “mineros”? Mientras sigamos alterando nuestra historia, mientras sigamos negando nuestra historia, mientras sigamos basándonos en una ética y moral putrefactas, seguiremos en el mismo laberinto.

Morales y Banzer, son la prueba de que en la historia todo puede pasar, mejor dicho en la historia inhumana todo puede pasar, porque de algo que estoy seguro es de que si hubieran suficientes seres humanos, tales personas no llegarían al lugar donde llegaron y ahí volvemos a la pregunta básica, ¿dónde se perdieron los seres humanos en todas las sociedades de este planeta? ¿Será  que Dios nos ha abandonado y los Cuatro Jinetes del Apocalípsis van ya dando sus rondas?  ¿Será que la historia humana está dictada ya en otras dimensiones, tiempos y lugares?  ¿Pero entonces qué rol jugamos nosotros, simplemente el de marionetas que vamos a trabajar, a dormir, comer y Kgar?

Hace cuarenta años mostramos claramente lo que pueden hacer las armas, fianciadas por quien sea, hoy vemos lo que puede hacer la ignorancia financiada también por quien sea, y mañana ¿qué verán nuestros hijos?  ¿Que la historia de Bolivia es un fraude completo? La historia es escrita por hombres y luego es transcrita a los libros y nosotros somos los que hacemos real nuestras pesadillas, sin importar el precio que vayamos a pagar.

Los Boinas Verdes cumplieron sus tareas, nosotros estuvimos presentes durante la lección y al parecer no aprendimos nada y lo mismo pasa ahora estamos presentes pero a la vez ausentes, cada cual oculto en su mundo, cada cual velando por sus intereses, sin darnos cuenta que todos estamos en el mismo barco, que definitivamente se está hundiendo.

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