viernes, 20 de mayo de 2011

90 días


La democracia, como la dictadura, la ética, la moral, las cosmoteorías, las “aerosofías”, los reyes y cuates de sangre azul, las religiones, y así miles de matracas y cuentos chinos más, son inventos del hombre, del hombre ario, aymara, gringo... pero no del humano, porque éste murió junto a los dinosaurios, cuando ese cometa cayó sobre la tierra, en el valle de la luna. Y los que sobrevivieron, se amputaron la cola, inventaron la gomina y otros las abarcas y ahí nos tienen, todos jurando ser lo que no somos.

Y es desde ese entonces que existe la corrupción,  y como un pequeño grupo sabe su misterio, entonces ellos la pasan bomba, mientras la mayoría aulla cada vez que ve pasar un ángel, creyendo en la llegada del nuevo redentor, que es a decir verdad el antiguo, ese crucificado, que cada año vuelve a nacer para volver a morir de la misma forma, que aburrido ¿no? Pero como nuestra capacidad para aprender se redujo o mejor dicho fue reducida a simplemente el hecho de repetir las cosas hasta que se nos salgan por las orejas, entonces ahí vamos plantando para el futuro los árboles de los que iremos a colgar o ser colgados.

Pero, “por suerte”,  en todo este despelote apareció un grupo diferente,  eso se da en todas las sociedades y en todos los tiempos, que dice y jura ser diferente  a los explotadores, a los derechistas, a los corruptos, a los mentirosos, a los flojos, a los pendejos y de un salto llegaron a la cúspide y desde entonces vuelven a jurar de que en 90 días han de hacer desaparecer la corrupción y creo que ellos no entendieron eso de que en 7 días hizo el universo, porque ese “cuento” habla de Dios y no de algún jefe de partido, o presidente de los cocaleros. O tal vez se confundieron con “La vuelta al mundo en 80 días” y ahí podemos ver lo mafias que son, porque se aumentaron 10, así simplemente por si las moscas verdad...

¿Pero cómo derrocar algo institucionalizado sin darse uno mismo en la madre? Porque de la corrupción vivimos todos y por sobre todo, todos los políticos viven de ella y muy bien y eso desde las épocas de Caín y Abel. Yo viví la época de los gobiernos narcos, pero en nuestro caso, ¿podrá haber un gobierno narco sin los cocaleros, o era que a parte de narcos eran magos y sacaban las toneladas de hojas de coca del sombrero? ¿Y dónde quedaron los conejos o las palomas blancas? ¿Y la historia de los autos chutos, que por decreto tendrían que volverse legales, no huele también a caca debajo de la servilleta, no?

Pero bueno el chiste no es ver el problema en su raíz, sino es demostrar que el que no cumple en 90 días, lo que nadie puede cumplir, entonces cae no solamente por la autoridad que así lo decidió ,sino por la cola que toda autoridad va arrastrando, va tratando de ocultar y bueno solamente un Schwarzenegger “El terminator” admite, después de 10 años,  que el hijo de la “empleada” es también el suyo (ese tiempo duró para que la información testicular le llegue al coco), porque quién ha de admitir ser General o Coronel, o Mariscal y haber llegado a la fortuna vendiendo polvito blanco o autos chutos, o pasaportes, o terrenos de otros, o... o.

La democracia es un juego donde teóricamente la voluntad del pueblo debería cumplirse, entonces nuestra voluntad debería ser  de que en 90 días el tiempo de ese género de políticos que nos gobierna paupérimamente se acabe, pero como esa es una ilusión, entonces vamos no solamente a la segundita “sinos” al cuento de que no hay segundita sin tercerita.

Este gobierno ya tuvo muchos 90 días ¿y qué lograron?  Nada, a parte de rumiar las teorías de los buenos y los malos, al final de cuentas nada a cambiado, pero seguro de que si el ex jefe del Fondo Monetario Internacional lee estas líneas, se muere de risa ¿o no?

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