viernes, 20 de mayo de 2011

Maya, paya,... ¡Qué traición!

La memoria no necesita lo escrito, porque lo hablado y así transmitido por generaciones es  también la memoria de un pueblo. ¿Pero qué pasa cuando el lenguaje muere? ¿O las tradiciones? ¿O la cultura? Así desaparecen los pueblos y son asimilados por otros o por el olvido. Lo que los españoles no pudieron,  quedó claramente expuesto en la estructura de nuestra sociedad, y a pesar de que ahí está desde hace siglos, nadie quiere entender el probleme elemental  que nos separa. Y así esa mezcla, de ignorancia, mitos, cuentos, esperanzas, sueños, maltratos, forman la base para que 5 gatos locos jueguen con la mamadera, jurando hacerlo por nosotros y así desde el inicio de nuestra historia...

Yo soy tan boliviano como cualquiera de esos que dicen ser los verdaderos bolivianos, ¿ pero cuales son en realidad los verdaderos si somos, como la nueva definición lo dice, un estado plurinacional?
¿Serán solamente los del MAS los verdaderos bolivianos? Pero el MAS no es ninguna característica étnica que defina algo... pero así es cuando vivimos en la ignorancia, vamos por cualquier sendero sin ponernos a pensar, a reflexionar sobre nuestros pasos.

Después de ver un video de música aymara, se me bajó el ombligo a las pantorrillas, porque un aymara les explicaba  a niños aymaras la importancia del lenguaje, que es  parte de nuestras raíces, y les enseñaba a contar maya, paya, ... y de pronto me acordé que el actual presidente, con ayuda de ¿cubanos y venezolanos?  erradicó el analfabetismo en Bolivia.... ¿Y cómo lo hizo? ¿Quizás por obra y gracia del Espiritu Santo? Claro no puede ser de otra forma, porque nuestro presidente es también un católico 100 por 100, ¿o los cubanos y venezolanos dominaban todos los idiomas hablados en nuestras tierras?

No, nada de eso, El nuevo Libertador , les enseñó  el “ lenguaje real” que tanto odia,  el lenguaje del usurpador, el lenguaje del imperio, pero no del imperio incaico. Si yo fuera aymara cien por cierto saldría  a las calles a gritar que es una gran traición, que se trata de una gran mentira,  y a pesar de que no lo soy también lo digo. Este gobierno tiene un problema de personalidades múltiples, que seguramente ningún psicólogo o neurólogo o psiquiatra ha de poder curar y lo peor  de todo es de que nosotros hemos de pagar la cuenta, los platos rotos.

Maya, paya, uno, dos, one, two, eins, zwei, que mierdas... nos metieron los dedos a la boca, así como siempre lo hicieron, pero como ahora podemos hasta institucionalizar la tortura, entonces seguramente que podremos definir, que nuestra lengua materna fue siempre  el castellano y que nuestros dioses fueron los que crearon, no solamente, al hombre nuevo sino su lenguaje también y todo pasó en la Isla del sol a las cuatro de la tarde de un domingo... según el calendario aymara.

Cuando veo hablar a nuestros políticos, me doy cuenta que no saben usar el lenguaje, me doy cuenta al escuchar sus oraciones, párrafos y discuros que vivimos en una mentira absoluta, en un absurdo elemental, que vá más allá de simples definiciones políticas. Nuestro problema básico es un problema de identidad, identidad no como un elemento de moda,  o de maquillaje. No todos los rubios son gringos, no todos los morenos son aymaras,  no todos los bolivianos son bolivianos, porque como siempre, bien camuflados existen los vende patrias.

Por eso aprendamos fránces o griego o ruso, quién sabe realmente de donde vienen nuestras raíces, y si alguna vez vemos nuestro origen, entonces asumamos nuestra realidad con todas sus consecuencias y dejemos de  lado  las caretas, porque el cuento de los originarios ha terminado. ¿Maya, paya, quimsa, pusi, phiska, Sr. Morales tan rápido se ha olvidado?

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