martes, 17 de mayo de 2011

!Ay tatay!


Bueno si decía SÍ el juez español, entonces  hacía un “harakiri” hasta más espectacular que el del más valiente piloto kamikase, que en vez de estrellarse con su avioncito con  un barco americano se quedó en la pista por haber olvidado cargar gasolina antes del gasolinazo. Primero buscar la justicia perdida en una dictadura cruel en su país y luego ir a buscar justicia marítima junto a un gobierno, que de tanto saltar de una pata a la otra ya nadie sabe de que lado es o si tiene gusanera, sería realmente algo muy raro o pendejo.

A la palabra dictadura le colamos “los gorilas con gorras” y bueno aparentemente lo más importante es ese final, porque viendo nuestra historia ese género humano hizo de las suyas, cada vez que uno de sus integrantes pasaba de la edad del burro a la edad del “gorila con gorra”, un cambio hormonal y no intelectal. OK. Pero el problema de la dictadura es que no tiene nada que ver con la democracia, es de que tiene un caracter violento, que dicta, determina, y saca de las arcas nacionales todo lo que puede, es decir que no tiene nada que ver con los intereses del pueblo que les tiene que aguantar y que no se para, porque en general las balas, las torturas, los desaparecidos, el servico de inteligencia, hicieron  “ a good job”.  ¿Pero qué pasa cuando un gobierno democrático se pasa de los límites “políticos” y usa métodos ya conocidos?

Cuando existia la Unión Soviética, aprendimos que “la democracia” podía existir con un solo partido político, pero esa lección al parecer la digerimos al tiro, porque realmente no aprendimos, que la dictadura tiene miles de caretas y cabezas y es siempre venenosa. Por eso a nombre del cambio nacional, de la reinvidicación de los derechos de los pueblos originarios, nos metieron la enema por las orejas esperando que la gran temida diarrea cerebral,nos purifique o nos vuelva tontos por siempre, pero si hubieran leído algún libro de biología básica, hubieran llegado a saber que para cambiar modelos mentales hay que erradicar la ignorancia, hay que educar al pueblo, hay que darle pan y agua,hay que darle trabajo,  hay que darle seguridad, hay que erradicar la corrupción, el desorden, la anarquía y eso significa un poquito más que un litro de agua tibia con un poco de jabón.

Y ya pasados los añitos vemos que el actual gobierno, es un gobierno bombero, que va de un lado para el otro, para apagar los incendios que ellos mismos “pusieron” y eso nos venden como el gran cambio, como la gran política, como el único camino posible para el bien de nuestra sociedad. A este gobierno le falta profesionalidad, seriedad, confiabilidad. ¿Pero de dónde conseguir lo que no se tiene? ¿No era que la mona aunque se vista de seda mona se queda? ¿Existirá un generó “homo politicus”? No, definitvamente no, la politica no es la propiedad privada de nadie, de ningún partido político, por más popular que este sea, es por eso que todos nosotros tenemos que ser parte del sistema, y no simplemente soldaditos de plomo que después del primer pedo se derritan y ya no sirven más.

Bolivia es realmente la lámpara de Aladíno y lo más triste del caso es, de que siempre cae en manos equivocadas y así vamos de una calamidad a otra. ¿Seremos realmente un pueblo enfermo? ¿Pero qué enfermedad puede durar tantos cientos de años? ¿Y  a quién se refieren con pueblo?  Hace pocos días el futuro rey se casó con la futura reina y billones de personas vieron en “vivo y directo” la ceremonia del siglo, el acto de amor... e indirectamente demostraron que los pueblos son enfermos y que el virus que no los mata ni deja vivir, es el virus de la ignorancia. Realmente estamos muy lejos de ser los hijos de Dios, creados a Su imagen y semejanza.

Si los sacrificios sirvieran de algo, ¿quién sería el primer voluntario? ¿Quizás el gran Maestro?

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